Pino Zamorano: «Sinceramente, creo que el Alzheimer de Negreira es una excusa»
Alfonso Pino Zamorano, ex árbitro de fútbol profesional durante 15 años, cree que la enfermedad que José María Enríquez Negreira ha alegado para no comparecer ante la justicia es una excusa. Así lo ha asegurado en una entrevista concedida a OKDIARIO en la que ofrece muchos claroscuros sobre su antiguo jefe y vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros de la RFEF.
«Yo creo que sí (es una excusa el Alzheimer), sinceramente. Mi padre fue compañero suyo y tiene 80 años. Mi padre tampoco sabía nada. Los árbitros coincidimos poco. No era su amigo. Tienes roces con algunos más que otros. No tenemos relación todos con todos. Hay grupitos», explicó Pino Zamorano.
Pino Zamorano ejerció como árbitro durante la época de Negreira y admitió que tenía relación con el vicepresidente del colectivo de los trencillas. «Era un señor que siempre estaba muy pendiente. Cuando estabas en las concentraciones y habías tenido algún problema en algún sitio, siempre llegaba y era el que te pasaba la mano por el lomo y te decía ‘venga, no pasa nada, que todos nos hemos equivocado’. Empatizaba mucho con nosotros», dijo sobre el que fuera colegiado, ahora acusado de cobrar 7,5 millones de euros provenientes del Barcelona.
El colegiado no duda de que Negreira cobró esa cantidad con el objetivo de lucrarse y defiende que hay que tomar medidas contra él. «Golfo o no, da igual. Lo que está claro es que se lo ha llevado muerto. A partir de ahí que cada uno lo califique como quiera. Tanto él como su hijo se lo han llevado. Si tiene que pagar que lo haga. Que lo condenen o no me da igual, yo quiero que los millones que se llevó aparezcan y vayan a las arcas del Estado. Que devuelva la pasta y si no la tiene que no lo dejen salir hasta que no aparezca la pasta. Parece barato robar», dijo.
Pino Zamorano también se cuestiona a dónde fue el dinero de un Negreira que actualmente sólo tiene un Peugeot 208 a su nombre y embargado. «Yo lo primero que pensé fue en Andorra. Como está cerquita, pues a mejor lo tiene ahí. No lo sé. Son cosas personales. No sé qué habrá hecho con él. Nos han hecho muchísimo daño los dos, padre e hijo. Nos hace un daño tremendo porque siempre tienes que demostrar una limpieza tremenda. Nosotros llegamos a tener hasta un código ético donde no nos dejaban jugar ni a las quinielas. Y fíjate este hombre como se las gastaba», zanjó.
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